Encontrar juntos nuevas oportunidades y caminos en los que recuperar la dignidad es el deseo de tantos proyectos locales de acogida a personas sin hogar, atención a centros penitenciarios, comedores sociales y apoyo a personas con adicciones.
La experiencia y el contacto diario con las personas ha ido creando una forma de acompañar, de estar junto a ellos y ellas, promoviendo su autoestima y confianza, fomentando su participación. Pero al mismo tiempo sin dejar de abordar, explicar y denunciar las causas que provocan la exclusión y trabajando para la transformación social.
No sólo lo hacemos desde el trabajo en organizaciones y proyectos, sino también en la presencia de las comunidades de jesuitas insertas en barrios populares, en comunidades de hospitalidad en las que se comparte techo con personas en situación de fragilidad, viviendo juntos, con un proyecto común, y en un espíritu de familia.