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Nuevas y viejas políticas en África

En el marco del estudio de África actual el Seminario de Investigación para la Paz ha dedicado un intenso fin de semana a los procesos de democratización, sus avances y retos, así como sus condicionamientos por el control estratégico de actores exteriores.

El proceso de democratización en África Subsahariana es muy anterior a las llamadas primaveras árabes. Interesa analizar los factores externos e internos que contribuyeron a aquellos avances y a su debilidad. Se confundió la democracia con el pluripartidismo electoral al estilo occidental, mientras faltaba una pedagogía para la cultura democrática. Se pueden constatar al menos tres errores. La descolonización cometió un error histórico al dejar 190 grupos étnicos y nacionales divididos por las fronteras de nuevos estados arbitrarios. Este sería el mal original. Además quedaron fuera del nuevo poder postcolonial dos sectores importantes, campesinos y mujeres. Finalmente no se convocó un debate ciudadano para definir el modelo de estado y proyecto de sociedad, dando así por supuesta una reproducción mimética del modelo occidental. Hoy en la democratización y la sociedad ya no hay vuelta atrás, pero está lastrada por la debilidad del Estado y por haber dado la espalda a las propias tradiciones africanas. Parece pues imprescindible un Estado híbrido de modernidad y tradición, así como multiétnico y multiconfesional, con un gobierno de consenso nacional.

Presentó está visión Mbuyi Kabunda Badi, profesor en el Grupo de Estudios Africanos de la UAM y presidente de la Asociación Española de Africanistas. La periodista venezolana Iraxis Bello abordó sobre esta base la influencia de los actores exteriores atraídos por las ventajas estratégicas de África en un mundo multipolar. El continente constituye la zona comercial más grande del mundo, 52 países, y en 2050 podría tener 2500 millones de habitantes. Estados Unidos y la Unión Europea son actores interesados. Pero es China, como gigante apacible, la que muestra un proyecto a largo plazo más serio. No es colonial ni militar y todavía cuesta definirlo. El debate se centra precisamente en el carácter de esta presencia activa china, sus ventajas y sus inconvenientes. A pesar de que no faltan tales inconvenientes parece beneficiosa para los africanos y la valoración  de occidente está hecha siempre en relación a sus propios intereses.

Unas 140 personas siguieron esta sesión, que dejó paso según el método habitual a un grupo de trabajo de 16 personas que continuó el debate durante cuatro horas.