Jesuitas España

Encuentro de la Comunidad Apostólica de Deusto

El 22 de enero se celebró en el Centro de Espiritualidad de Loiola el encuentro de la Comunidad Apostólica de la Universidad de Deusto, que reunió en esta edición a 115 personas venidas de los campus de Bilbao y San Sebastián, para reflexionar sobre la promoción de la justicia en las universidades de la Compañía de Jesús.

El documento sobre el que se centró la jornada fue el monográfico sobre este tema de la revista Promotio Iustitiae (nº 116). Para presentar el texto se contó con la presencia del Secretario para la Justicia Social y la Ecología de la Compañía de Jesús, el bilbaíno Patxi Ávarez de los Mozos SJ. Formado en la Universidad de Deusto y con varios años de experiencia en la ONGD Alboan, Álvarez de los Mozos SJ conoce bien el contexto desde el que nuestra comunidad apostólica acoge el texto. 
 
Comenzó su exposición recordando una imagen que el pasado 18 de enero dio la vuelta al mundo: la del llanto ante el papa Francisco de la niña Glyzelle, que vivió en las calles de Manila. Este episodio nos recuerda que la pregunta por la justicia es una pregunta profunda y personal, que nos incumbe a cada uno de nosotros, pero que también hemos de abordar como colectivo y, en particular, como colectivo universitario.
 
Álvarez de los Mozos SJ expuso que una universidad jesuita ha de integrar una misión universitaria y una misión de la Compañía, y afirmó que hay «una docencia e investigación que contribuyen a la misión fe-justicia» al tiempo que hay «una fe-justicia que enriquece nuestra docencia e investigación». Pero, advirtió, esto no basta con formularlo, «hay que mostrar que es así». En este sentido, consideró que en cada momento, «la Compañía debe discernir qué tipo de sociedad es deseable y, consecuentemente, qué tipo de universidad es precisa». A la hora de dibujar la sociedad deseable, señaló dos rasgos: una sociedad inclusiva y una sociedad sostenible.
 
Sobre la formación que ofrecen las universidades jesuitas, Patxi Álvarez de los Mozos SJ dejó una visión sugerente: «En el mundo del márquetin se dice que tienes que tener un producto diferente. Nosotros también tendremos que tener unos rasgos que radicalicemos, que subrayemos y nos diferencien». Pues bien: «¿Nos puede diferenciar este rasgo? ¿Pueden los mejores alumnos, los más generosos, aquellos con mayor deseo de construir un mundo mejor, encontrar en nuestra universidad la elección deseable?».
 
En cuanto a la labor investigadora de la universidad, la situó dentro de un «proceso» que comprende cinco «momentos»: acompañar, servir, investigar, sensibilizar e incidir. Son ámbitos en los que la Compañía de Jesús trabaja a través de diferentes apostolados, pero el reto sería integrarlos en un proceso. Puso en valor la experiencia de la provincia de Loyola durante los últimos años en el tema de las migraciones, y reclamó una mayor colaboración entre la universidad y el apostolado social, respetando las especificidades de cada uno. Ilustró además esta invitación a la colaboración con ejemplos de implicación de universidades jesuitas, a través de investigación y docencia, en diferentes partes del mundo: en la frontera entre México y Estados Unidos (Kino Border Initiative), en los campos de refugiados (Jesuit Commons) o en la Amazonía (Proyecto Pan-Amazónico).
 
En diversos momentos de la jornada, que incluyó una mesa redonda y trabajo en grupos, se mencionaron las tensiones y dificultades propias del contexto universitario. Tensiones que la promoción de la justicia experimenta con las necesidades de financiación, las inercias institucionales, la libertad académica, la diversidad interna, etc. Álvarez de los Mozos SJ señaló que las tensiones pueden también ser fuente de fecundidad si se desarrollan adecuadamente y citó a Pedro Arrupe para señalar con optimismo que «las tensiones se mantienen unidas por el amor».