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Alboan y Entreculturas acompañan las voces de las mujeres amazónicas que enfrentan violaciones de Derechos Humanos

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre), Alboan y Entreculturas, obras del Sector Social de la Compañía, ponen el valor de las mujeres defensoras del territorio, y de los Derechos Humanos. En todas las regiones del mundo, miles de defensoras y defensores ambientales, lideresas comunitarias y activistas se movilizan cada día frente al deterioro del medio ambiente. Enfrentan actividades extractivas como la minería ilegal, la tala masiva o los cultivos intensivos, así como prácticas que provocan contaminación y despojo de tierras. Su labor, esencial para salvaguardar la biodiversidad y proteger los derechos de las comunidades, los expone de manera creciente a amenazas, agresiones y otras formas de violencia.

La situación es especialmente crítica para los pueblos indígenas. Reconocidos como actores clave en la lucha contra la crisis climática, son a la vez víctimas recurrentes de ataques que cada año dejan profundas consecuencias en sus territorios y modos de vida. En este contexto, la Amazonía emerge como un territorio de esperanza y resistencia frente a la violación de derechos humanos por parte de empresas y proyectos extractivos.

La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) participa estos días en el Foro de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos (24-26 de noviembre) en Ginebra, Suiza, para llevar la voz de quienes enfrentan los impactos directos de la explotación y la contaminación en la región.

Sara Diego, del equipo de Incidencia Política de Alboan, acompaña a la delegación de la REPAM. Además de sumarse a las declaraciones y posicionamientos colectivos, denunciará en este encuentro las vulneraciones de derechos derivadas de la contaminación de las fuentes de agua por vertidos de petróleo que afectan al pueblo Yurimaguas (Perú), así como los impactos de la actividad minera que sufre el pueblo Arabbuako (Venezuela).

En palabras de Sara Diego, técnica de Incidencia Política de Alboan, en la lucha ambiental el papel de las defensoras es clave: “las mujeres se posicionan en la primera línea de resistencia ante un sistema depredador de territorios, vulnerador de derechos, e insostenible”.  Y añade que “las mujeres son utilizadas como arma de guerra” al tiempo que, debido al machismo existente, en sus mismas comunidades son silenciadas y ven negado el acceso a espacios de participación.

Hay cosas que ninguna niña debería tener que dibujar

Por otro lado, la campaña La Luz de las Niñas de Entreculturas denuncia el matrimonio infantil como una violencia silenciosa y extendida que trunca infancias en África y América Latina. En talleres de acompañamiento psicosocial en Sudán del Sur y también en Kenia, Uganda y Etiopía, niñas de 5 a 15 años comparten, a través de dibujos y dinámicas seguras, las violencias que sufren. El testimonio de Mary, que dibuja la boda forzada de su mejor amiga, ilustra una realidad: uniones tempranas e informales, a menudo ligadas a embarazos fruto de violencia sexual. Las cifras son abrumadoras: 12 millones de niñas se casan cada año antes de los 18; 640 millones de mujeres fueron casadas siendo niñas; y en contextos de crisis —guerra, desplazamiento, pobreza— esta práctica se usa como “estrategia de supervivencia”. Las consecuencias incluyen abandono escolar, maternidades precoces y graves riesgos para la salud. “Hay cosas que ninguna niña debería tener que dibujar”, escribe Laura Lora Ballesta, responsable de comunicación de La Luz de las Niñas, al hilo de estos ejercicios en el aula.

Frente a ello, Entreculturas promueve espacios seguros, apoyo psicosocial y permanencia escolar: la educación es un refugio y una vía de transformación —la ONU estima que dos de cada tres matrimonios infantiles se evitarían si todas las niñas completaran secundaria—. Voces como la de Issa, joven líder del programa en Chad, muestran que la sensibilización comunitaria funciona: “Vamos casa por casa, hablamos con las familias. Les contamos lo crucial que es que las niñas estudien. Este año, por primera vez, hay más niñas que niños yendo a clase”. Entreculturas pide a Naciones Unidas un Día Internacional para la Erradicación del Matrimonio Infantil, Precoz y Forzado, con recursos y rendición de cuentas: acabar con esta práctica en los 68 países con el 90% de casos costaría 35.000 millones de dólares hasta 2030 (unos 600 dólares por niña). La llamada de Lora Ballesta sintetiza el propósito: “Si queremos cambiar los dibujos del mañana, escuchemos a las niñas. Protejámoslas, acompañémoslas y exijamos compromisos reales”.