Jesuitas España

Misioneros y Migrantes celebran el Jubileo en Roma

La celebración del Jubileo del Mundo Misionero y de los Migrantes y Refugiados ha reunido a decenas de miles de peregrinos en Roma, en plena recta final de este Año Santo de la Esperanza. Y entre ellos, por supuesto, ha habido representación de la Compañía y de nuestra Provincia.

Peregrinación misionera desde Camboya

Como parte de la realidad misionera, el obispo jesuita Kike Figaredo SJ ha peregrinado junto a quince fieles camboyanos y dos religiosos, en representación de la prefectura apostólica de Battambang. Entre ellos, varios supervivientes de la persecución religiosa de Pol Pot, conocedores de primera mano de la miseria y el sufrimiento, y protagonistas en la reconstrucción de sus comunidades cristianas.

Durante siete días han visitado lugares emblemáticos de la fe católica: las catacumbas, Asís, la basílica de Santa María la Mayor y, por supuesto, la basílica de San Pedro. “Estas personas son gente sencilla que ha estado expuesta intensamente a lugares, personas y una historia de la Iglesia con tanta riqueza y profundidad espiritual, que sin duda va a traspasar corazones y dar muchos frutos”, explica Figaredo convencido del impacto que la peregrinación tendrá en las comunidades católicas de Camboya.

El momento más especial ha sido, sin duda, su encuentro privado con el Papa León XIV, quien les hizo un hueco fuera de agenda para poder conocerles personalmente tras saber de su presencia allí. Sin grandes discursos, les cautivó con gestos alegres y palabras sencillas. “Tiene una cercanía suave, alegre, que escucha”. El Santo Padre compartió peticiones de oración por la paz en Camboya, bendijo el embarazo de una peregrina y se mostró alegre por poder recibirlos y conocerlos.

La peregrinación concluyó con una eucaristía en las Camaretas de San Ignacio, en acción de gracias. Utilizaron una expresión en camboyano que resume la alegría vivida en este Jubileo: “nos subió el agua del corazón”

Migrantes y refugiados: esperanza compartida

Por su parte, el Jubileo de los Migrantes y Refugiados ha convocado en Roma a las realidades de la red del Servicio Jesuita al Refugiado (JRS) de todo el mundo, entre los que estaba Alberto Ares SJ, director del JRS Europa, junto a otros representantes de la delegación española (en nuestra Provincia el JRS está representado en el SJM).

Ares destaca el carácter universal del encuentro, especialmente por todas las personas que comparten la misión de la acogida y acompañamiento de los migrantes desde la espiritualidad ignaciana. Aunque el momento culminante fue la eucaristía presidida por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro. “Mantener viva la esperanza en medio de tanto dolor es parte de nuestro trabajo cotidiano”, explicaba el jesuita leonés, aludiendo a la misión del JRS en situaciones de conflicto y desplazamiento.

El Jubileo de los Refugiados concluyó con la llamada 'Fiesta de los Pueblos', una expresión de fraternidad y diversidad cultural que mostró la riqueza de las comunidades migrantes.

Iglesia universal en camino

Ambos jubileos son testimonio de la vitalidad de una Iglesia en salida, donde la misión y la acogida se entrelazan como signos de esperanza. La presencia de los jesuitas en Roma, desde Camboya hacia el resto del mundo, pone de relieve la llamada a vivir el Evangelio en las fronteras geográficas y existenciales.