La Casa Ana Leal, espacio de acogida y espiritualidad de la Fundación INEA en Valladolid, se ha consolidado como un verdadero lugar de encuentro, donde confluyen naturaleza, comunidad, trabajo social y espiritualidad. En los últimos meses, más de 500 personas han participado en una intensa agenda de actividades que han llenado de vida este espacio en plena efervescencia estival.
La actividad ha sido intensa, pues con el buen tiempo los huertos ecológicos de INEA se revolucionan con plantaciones de todo tipo: tomates, melones, sandías, pimientos, pepinos, berenjenas, calabacines, calabazas, fresas, etc. Un enorme esfuerzo que requiere de cientos de personas. Pero es a la vez una explosión de creatividad, trabajo y alegría.
INEA ha acogido también múltiples visitas y actividades en las que han participado más de 500 personas: desde estudiantes de centros educativos como el Colegio San José, el Apostolado, el Colegio Indautxu de Bilbao y un centro de formación profesional de Polonia, hasta grupos como el campamento urbano de Red Íncola para jóvenes de la ESO o el programa de voluntariado Vuela de la Universidad de Comillas.
También ha habido lugar para celebraciones y encuentros significativos como la fiesta de final de curso de la Plataforma Apostólica, la reunión territorial de CVX de Castilla y León y otros encuentros de espiritualidad ignaciana como los grupos Mag+s o jesuitas mayores de Salamanca.
La casa también ha sido escenario de visitas institucionales. El pasado 16 de julio, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, acompañado por el concejal de Familia, Rodrigo Nieto, visitó la finca, donde compartió impresiones con los hortelanos y escuchó sus propuestas.
En la comunidad Ana Leal, despedidas y bienvenidas. Deja la casa de acogida una familia venezolana pero llegan nuevos integrantes a la comunidad, esta vez de Malí. También se ha sumado a la casa durante el mes de julio Pierre Nyandwi, un jesuita de Burundi que estudia teología Comillas, junto a un escolar de Kenia, David Kamu y un jesuita de Venezuela, Luis Varela.
En el plano espiritual, los ecoejercicios siguen creciendo en participación y reconocimiento. Este año, los ejercicios online comenzaron el Miércoles de Ceniza y finalizaron en Pentecostés, con 36 ejercitantes y 16 acompañantes de distintas nacionalidades. Además, el modelo ha sido presentado en el simposio de los 100 años de la revista Manresa en Salamanca, como ejemplo de espiritualidad ignaciana adaptada a los desafíos ecológicos actuales.
Lee la información ampliada en este enlace de la Fundación Inea.
Imagen: Fundación Inea