Jesuitas España

El Sector Social frente a la crisis sanitaria del Coronavirus

Entre los centenares de personas y las veinticinco obras que formamos el sector social de la Compañía de Jesús en España hay una diversidad de situaciones frente a la crisis sanitaria actual. En medio de esta diversidad nos sentimos unidos en la misión y tanto el deseo de continuar la labor cotidiana de acompañamiento, servicio y defensa como la voluntad de responder emergencia emergen con fuerza en estas situaciones extraordinarias.

En el sector hemos tenido varias personas hospitalizadas que por suerte van recuperándose bien. Estas han sido sin duda las situaciones personales más graves. El ambiente general es el de la sociedad en su conjunto: tristeza por las pérdidas, temor ante la incertidumbre, unión de ánimos en los momentos de dificultad. Nuestra vocación y pasión por la misión está muy presente en todo momento y nos permite seguir con el acompañamiento, servicio y defensa de la gente con la que compartimos vida y trabajamos. En algunos casos, manteniendo nuestros programas y servicios en medio de condiciones muy difíciles y en otros buscando maneras de seguir acompañando en la distancia.

Programas que mantienen la actividad presencial

Algunos de los programas están en plena actividad, acompañando, cuidando y estando con las personas. Son el rostro cercano no solo del sector sino de toda la Provincia, manteniendo la presencia, el contacto directo y la cercanía en medio de tantas dificultades. Son nuestros héroes cercanos cuidando y alentando la vida

Son los programas residenciales de menores en los que los educadores mantienen 100 plazas en los tres centros de vida (Hogar San Jose en Gijón, Nazaret en Alicante y Padre Montalvo en Mallorca).

“Son para todos días difíciles, estamos ante una situación nueva y desconocida que debemos afrontar y la incertidumbre de la misma nos crea a todos desasosiego, preocupación e incluso ansiedad. La situación de encierro es la única que nos permitirá proteger a nuestros niños y adolescentes, pero que a la vez es antinatural para ellos. Han visto como todas sus rutinas han desaparecido, rutinas que les proporcionan seguridad de la que tantas veces han carecido en el pasado. Todos nos esforzamos estos días, más que nunca, por ser referentes en los que los niños y adolescentes encuentren apoyo, seguridad y calma emocional para afrontar esta nueva experiencia en sus vidas” (Loli Urizar, Hogar San José, Gijón).

Los programas de hospitalidad con migrantes en situación irregular y solicitantes de asilo que quedan fuera del sistema nacional de acogida y con personas muy vulnerables que acogen cerca de 200 personas en distintos proyectos y modalidades. Entre ellas las comunidades que acogen a personas que, en medio de estas circunstancias encuentran un lugar seguro, de cuidado y acompañamiento en medio de la incertidumbre y la inseguridad.

O las actividades de atención y cuidado a personas muy vulnerables que están en cárceles, personas sin hogar o familias en situación de extrema pobreza, como se está haciendo en distintas ciudades.

 “En Loiolaetxea tenemos dos equipos: uno trabaja desde dentro, con muy poquita gente, y otro desde fuera a partir de mañana. Los pisos los estamos teleacompañando. Yo estoy en Martutene 12 horas al día porque no puede entrar nadie que no sea funcionario y a mí me han dejado la entrada para apoyar en los aislamientos médicos y en los aislamientos regimentales. Está habiendo más protocolos de protección al suicidio y más estados de ansiedad que normalmente. Y no entra el personal y tratamiento para atenderlos... Así que yo estoy haciendo de personal de tratamiento. Además tenemos cuatro chavales acogidos en el noviciado a los que estamos dando cuidado en este tiempo” (Martin Iriberri sj, Loiolaetxea, Donosti)

En todos estos casos, la principal preocupación es mantener activos estos programas en medio de unas circunstancias muy adversas, con mucha tensión, escasez de personal y limitaciones de recursos. Que se sientan apoyados por el cuerpo de una provincia que en cada uno de los jesuitas y laicos/as que se comprometen en estos momentos, reconocemos el rostro del mismo Jesús que se hace presente en este tiempo.

Programas que se mantienen de forma virtual

Otros proyectos estamos tratando de mantenerlos de forma virtual, aunque sea limitadamente, echando mano de forma imaginativa de recursos para el teleacompañamiento como el teléfono, las redes sociales o las distintas formas de comunicación virtual. Son por ejemplo:

  • Centros de día de atención a infancia, adolescencia y juventud (Amoverse en Madrid, Sant Jaume y Salut Alta en Badalona, La Vinya en Bellvitge, Centro Lasa en Tudela).
  • Programas de acompañamiento a familias (en todos los lugares).
  • Programas de inserción laboral y economía social (en todos los lugares incluyendo cuatro empresas de economía social).
  • Centros de acogida y de servicios a personas migrantes: acompañamiento persona, atención jurídica, psicológica, búsqueda de empleo, CIE, participación, mujeres,… (entidades SJM).
  • Proyectos de educación para la ciudadanía, sensibilización e incidencia pública (Alboan y Entreculturas en todas las ciudades).

“Para expresar lo que voy experimentando estos días, me viene la imagen del submarino, que se encuentra en las profundidades, pero que a la vez tiene el periscopio que le permite con sus espejos captar lo que ocurre en la superficie. Estoy en mi casa, con mi familia, pero a la vez, voy intentando escuchar, mantener la comunicación con las personas con las que compartimos espacios diversos en Claver, sobre todo con las mujeres y sus familias. Intentamos hacer equipo y vamos recibiendo llamadas, la mayoría acerca de situaciones vinculadas a temas laborales, mujeres con miedo a salir por su situación irregular, otras con la incertidumbre agravada por la pérdida del trabajo, dudas de cómo poder acceder a servicios sociales. Muchas han venido escapando de situaciones de violencia. Otras llamadas desde los CIES, un grupo de cinco chicos que llaman pidiendo ayuda, no entienden por qué siguen estando ahí, otro comenta sus dificultades de salud y su temor a que lo devuelvan a su país.

Qué hacemos: recogemos situaciones, coordinamos acciones con profesionales, damos información contrastada, animamos, mantenemos la formación a distancia, buscamos estrategias para seguir haciendo piña, y sobre todo, atendiendo a urgencias, pero oteando un horizonte diferente, que nos llevará necesariamente a poner en valor los cuidados y nuevas formas de relación.

Todo esto va resonando y va dejando huella interior, hace que aumente el agradecimiento, hace que busquemos como equipo nuevas formas de seguir en contacto, de comunicarnos unos a otros cómo vamos viviendo y a través del móvil nos llega el saludo de una niña en un piso de acogida en Córdoba, con una sonrisa de oreja a oreja, orgullosa porque ya ha aprendido a leer.” Sylvia Villalba, Asociación Claver (Sevilla)

En estos casos, la preocupación es doble: por un lado cuidar e intensificar la atención a distancia de las personas que acompañamos y servimos y, por el otro, encontrar medios nuevos para que las puertas de nuestros centros permanezcan virtualmente abiertas para los migrantes, menores y jóvenes en situación vulnerable que necesiten acompañamiento, asesoramiento o cercanía.

Equipos en teletrabajo

Por último están los demás programas y servicios que están desarrollando su trabajo de forma telemática. Las obras del sector estaban en condiciones muy distintas para afrontar el reto del teletrabajo y en todos los casos están haciendo el esfuerzo y aprendiendo esta nueva dinámica de trabajo.

  • Las actividades de cooperación internacional de Alboan y Entreculturas.
  • Los servicios internos de las organizaciones (administración, contabilidad, comunicación, informática…).

Sentirnos unidos y acompañados.

Además de mantener el trabajo de intervención, la gran preocupación en este momento es acompañar y cuidar a los equipos y las organizaciones del sector. Es un tiempo de máxima tensión personal en el que la comunicación entre todos resulta fundamental para sentirnos acompañados y unidos.

Cada una de las organizaciones está encontrando el modo de cuidar a todos los miembros de los equipos, incluidas las personas voluntarias. El papel de las distintas áreas, los espacios de coordinación en el sector, el rol de los patronatos, el liderazgo de las direcciones y el apoyo de todos los equipos se hace especialmente necesario en este momento y estamos poniendo en marcha modos para poder comunicarnos y apoyarnos en estos tiempos.

Nuestra respuesta como sector

Estamos en medio de una situación que vivimos con gran incertidumbre. Son muchos los riesgos y necesidades inmediatos y, sobre todo, los que vislumbramos de cara al futuro, aunque aún no podemos definir bien. Nos preocupa en primer lugar, dar respuesta la realidad de las personas vulnerables con las que trabajamos. Por otro lado, en el plano económico, vivimos con incertidumbre las consecuencias que esta crisis pueda tener para las obras del sector. Y muy especialmente nos ocupa el cuidado y acompañamiento de los equipos, voluntariado y participantes de nuestro programas en estos tiempos tan difíciles para todos.

Por ello estamos preparando un plan de respuesta que trata de responder a cinco grandes retos:

  1. Mantener y adaptar nuestra misión, mediante el apoyo y refuerzo de los programas que mantienen la actividad presencial y el desarrollo de actividades a distancia con población vulnerable, incluyendo el servicio de “acogida virtual”.
  2. Estar unidos y acompañados como sector en su conjunto y desde cada una de las áreas.
  3. Acompañar y cuidar a los equipos y las organizaciones sociales que forman parte de Jesuitas social, con medidas para facilitar el teletrabajo, atención a los equipos, servicios de orientación y asesoramiento,…
  4. Apoyar  la sostenibilidad económica, identificando situaciones de necesidad en el corto plazo.
  5. Comunicar, animar y movilizar la respuesta social frente a la crisis.